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Foto del escritorLidia Pazó

Hasta la coronilla

Actualizado: 13 oct 2020

¿Te digo algo? Yo no sé a cuántos/as de vosotros/as os pasará lo mismo que a mí, pero creedme que estoy comenzando a estar harta. Estoy cansada de las tomaduras de pelo que están teniendo para con nosotros/as, los/as trabajadores/as de la verbena.


Noticias que se repiten... Cancelación del musical Anastasia en la Gran Vía de Madrid, cancelación de las fiestas en un pueblo de Asturias con 1 año de antelación... Cancelaciones, cancelaciones y más cancelaciones... Y, ¿quieres saber algo? Se olvidan de comentar que las cancelaciones quieren hacerlas extensibles a nuestras vidas... Dime tú, ¿alguien puede sobrevivir a un periodo de inactividad tan extenso?

Además, ¿alguien se ha preguntado cómo nos afecta, no sólo de manera económica, sino, y de manera más grave, de manera psicológica? Cómo te sentirías tú si el empleo que tienes de repente lo cierran, lo relacionan con los contagios de una pandemia que cada día huele más a chamusquina, y, aún por encima, te dan una palmadita en la espalda y te dicen: "Cariño, sigue viviendo del aire que, total, es a lo que te has dedicado toda tu vida". ¿No es indignante?


Me encabrona soberanamente que se piense que nuestro trabajo no tiene valor. Por si a alguien le interesa, enferma, lesionada y cansada he amenizado las fiestas de tu barrio, pueblo, ayuntamiento o celebración. He aguantado insultos y buenas maneras, he aguantado amenazas y he sido observadora de tu manera de divertirte. También he participado en ello. Me he perdido eventos familiares por este trabajo. He tenido que compartir escenario con personas afines y con personas con las que no tenía ningún trato.

Tenía una falsa seguridad de tener un empleo, y desde marzo mi medio de vida se ha visto truncado.


Además de todo ello, hay quien tiene el valor de acusarnos de ser unos/as vagos/as. Pero, ¿te cuento un secreto? Las horas de viaje, los días de vermú, tarde y noche, las jornadas en las que duermes 2 horas, los días que comes mal, tarde y arrastro, sólo me obligan a preguntarte: ¿en tu trabajo, sea cual sea, has estado más de 24 horas fuera de casa? ¿Has pasado frío? ¿Has pasado calor? ¿Has tenido días libres por asuntos propios? ¿Has tenido bajas médicas? Si hay algo que prima en el mundo en el que vivimos es la falta de empatía.


Sigo confiando en la posibilidad de un mundo mejor. Sigo confiando en el cambio de conciencia de las personas. Sigo confiando en las luces que todos llevamos dentro. Sigo creyendo en la posibilidad del amor como motor del Universo.


Además, no todo va a ser negativo, no. Existen personas que apuestan por el trabajo de los artistas. Hay personas que desean contar en sus negocios con el buen hacer de trabajadores/as de la verbena. A todos/as ellos/as, un enorme GRACIAS. Gracias por acordaros de nosotros/as, de nuestras familias y de nuestros hogares. Gracias, siempre gracias. Cada día sois más, y mejores.


Y, para finalizar, os invito a reflexionar. ¿Creéis que desde nuestra perspectiva podemos hacer algo? ¿Vamos a seguir teniendo miedo de vivir? ¿Vamos a ser libres y permitirnos ser felices?


Reflexiono. ¿Y tú?


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