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YO TENGO UNA TEORÍA



Ya que todo es tan precario ¿por qué apenas hay agrupaciones donde todos o una gran mayoría sean socios?

Yo estuve en 3, Aquelarre 4 años, Almendra 4 años, Amistad 22 años. Todos en sociedad.

Normalmente hacías un grupo con tus colegas con el principal objetivo de no tener que aguantar a ningún jefe, de poder hacer las cosas con tu criterio y sin imposiciones y lo más importante: trabajar para tu propio beneficio. Eso conllevaba el reparto de responsabilidades y si todo iba bien la recompensa era la subsistencia y la dignidad salvaguardada.


Por supuesto que la efervescencia del papel del representante cada vez más en auge también desembocó en que el trabajo, su calidad y cantidad, quedasen a expensas de la negociación llegando en muchos casos, casos que conozco con detalles, a obligar a los grupos a tomar decisiones dramáticas gracias a inteligentes estrategias por parte de quienes les ofertaban el trabajo. La mayor parte de las veces los problemas repercutían en los ingresos y los socios iban abandonando la sociedad yendo a parar todo a manos de un único dueño por un módico precio, a veces gratis incluso.


También fue época en que algunos jefes de orquesta se fueron convirtiendo en representantes y muchos de ellos compraron orquestas o las crearon desde la nada. En ese momento la competencia se desajustó y ninguna orquesta pudo competir contra las orquestas cuyos jefes eran los que daban al trabajo a todo el mundo.


Nacieron las categorías, orquestas de primera fila, segunda, etc.. empezó la competencia entre los que tenían el trabajo y los ingresos suficientes para hacer grandes inversiones y los ilusos (prácticamente el resto) que querían ser iguales y no quedarse atrás y ahí, justo en ese momento empezó la decadencia de nuestra profesión


Por mi experiencia, un jefe es más manejable que varios jefes al mismo tiempo, un jefe obtiene más beneficios si no los reparte con sus socios, aunque también los gastos recaen sobre una persona y no varias.

Cuando son varios socios las inversiones son más discutidas pues salen del bolsillo de todos y las repercusiones a corto plazo son más agresivas aunque una buen planificación puede prometer un futuro más que esperanzador a largo plazo, sin embargo, aunque los beneficios son mucho más ajustados o inexistentes al trabajar en sociedad, el valor musical está más presente porque eso si que no sale del bolsillo sino del esfuerzo y sacrificio, los músicos nos formamos para disfrutar tocando y en ese aspecto el que se queda atrás no sigue jugando.


Siempre escucho la eterna letanía de que las fiestas de invierno son una ruina porque el que más y el que menos dice que son muchos gastos y el presupuesto no da y claro, el cierre del trabajo en invierno es inminente y si lo hay no se quiere o no se puede hacer. Se podría hacer como antaño, viajar en un furgón con todo dentro, equipos pequeños, unas pocas luces y un coche de apoyo, las comisiones no pueden exigir un montaje si no tienen presupuesto para pagarlo, a lo mejor el error viene porque creemos sentirnos en la obligación de ofrecerle al público siempre lo mejor que tenemos, o sea hierros, pantallas y trailers ¿y la música a dónde queda relegada? ¿No es ese nuestro cometido, tocar bien, que suene bien, divertir a la gente?


Dentro de un presupuesto la comisión de fiestas paga una serie de cosas: desplazamientos, equipo y todo un arsenal que suelen llevar las orquestas. Con un presupuesto bajo, como son las fiestas de invierno, todo eso no es exigible y los jefes no están dispuestos muchas veces a ofrecer un espectáculo precario, lo que confirma que el espectáculo no lo da el músico sino toda la parafernalia que ha salido de su bolsillo y claro, no salen las cuentas, " o todo o nada".


También quedan todavía salas de fiestas a las que solo tienen acceso las agrupaciones de determinadas oficinas de contratación, por consiguiente o estás adherido a ellas o no trabajas, así de simple.

Hay muchos músicos que se están replanteando su situación y experimentando en otras escenas musicales, el hambre y la necesidad siempre han sido grandes aliadas del ingenio y esta es una oportunidad para muchos de poder cambiar esta situación precaria por otra más aventurera, puede que incluso más precaria, pero a la vez más gratificante musicalmente. Al fin y al cabo ¿qué seguridad te puede ofrecer un empresario que al comenzar la crisis te ha dejado en la cuneta sin ningún tipo de ayuda con una palmada en la espalda y prometiendo que la temporada que viene volverá a contar contigo?


Las cosas no se solucionan con un simple "Lo siento, no hay trabajo y no puedo pagarte, no te puedo ayudar y quien ofrece ayudas tampoco puede hacerlo porque tú y yo estamos en una situación ilegal a la que no puedes acceder, pero no te preocupes que para el año lo intentamos otra vez, mientras tanto puedes comer de memoria".


Reinventarse? Eso lo venimos haciendo cada día cuando nos rebajan el sueldo mientras aparecen pantallas nuevas compradas con un dinero que te dicen que no tienen, te reinventas para llegar a fin de mes, para pagar tu alquiler y los gastos de la casa, para escoger cuidadosamente qué comida puedes comprar o no, para sacar fuerzas y tocar con otros colegas, para estudiar y ser un poco mejor cada día en ese proceso tedioso y lento que es el de formarse como músico y que la mayor parte de la gente se cree que es inherente al músico, que ya nacemos aprendidos, que nos pasamos el día tocando lo que nos da la gana sin ningún tipo de sacrificio anterior y que somos una pandilla de vagos que no hacemos nada en todo el día.


A ver en qué acaba todo esto, pero es una excelente oportunidad para que comisiones, representantes, jefes y empleados vivan y dejen vivir dignamente.


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